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Jesús ofrece su vida para salvarnos

 Dios es Amor:

Los saludo con la alegría  que nos da sentir el amor de Dios en nuestras vidas, agradecidos profesemos nuestra fe con el Credo, después pidamos su apoyo y guía para poder terminar nuestras actividades a la distancia; todo esto lo pedimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN.

Hace unos meses recordamos como fue la vida de Jesús y como es que por amor a nosotros se sacrifico para el perdón de nuestros pecados, hoy en día nos encontramos viviendo una situación que nos ha puesto a prueba, debido a la incertidumbre en la que vivimos, pero al igual que Jesús tenemos que tener la confianza de que Dios  no nos abandona en este camino de la vida.


Jesús en la última cena hizo algo muy especial, ofreció su cuerpo y sangre al Padre, para hacer una alianza nueva y eterna, para el perdón de nuestros pecados. Jesús quiere estar presente entre nosotros para siempre, para que esto suceda deja a sus discípulos el mandato: ¡HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA!

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.


Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.


Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.


Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios

 


El Señor resucitado es el vencedor del pecado y de  la muerte, y nos llama a vivir una nueva vida para siempre; cuándo Jesús fue depositado en el sepulcro, parecía que el mal había ganado, pero Dios, que es el creador del universo, lo ha resucitado demostrándonos que es el señor de la vida.



Como los discípulos, también nosotros necesitamos de mucha fe, para que nuestros ojos puedan encontrar a Jesús resucitado hoy.      

Para finalizar las actividades correspondientes a esta semana, resolverán las actividades de los temas 38, 39 y 40 de su libro de catequesis Primera Comunión: les recuerdo que deben estudiar constantemente las oraciones ya que los días 27 y 28 de septiembre se realizaran los exámenes individuales de oraciones.

Terminamos agradeciendo a María por su intercesión para el perdón de nuestros pecados, con la oración "LA SALVE" 


¡BENDICIONES PARA TODA SU FAMILIA!

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