LOS SACRAMENTOS

Dios es Amor:

Sin duda ha sido un camino largo  el que hemos transitado durante estos meses, en especial ha sido difícil por todo lo que hemos vivido, pero sin duda ha sido el amor de Dios el que nos ha permitido llegar  hasta el día de hoy. Agradecidos con el infinito amor que nos ha demostrado Dios iniciamos nuestras ultimas actividades en el blog, recordando que tendremos 2 reuniones virtuales por ZOOM los días 4 y 11 de noviembre,  para tener presentes las oraciones y los cinco paso para una buena confesión.

Unirse a la reunión Zoom

https://us04web.zoom.us/j/78897139401?pwd=VWxzVm9WN0ZUd0JObUUwT2dGMzV1UT09

ID de reunión: 788 9713 9401

Código de acceso: Mirella



Así como las vitaminas vienen en los alimentos, la Gracia nos la da Dios a través de los sacramentos. Los sacramentos son como los canales por los que Dios nos hace llegar el agua de la gracia que necesitamos para vivir. Dios puede hacer llegar la salvación a los hombres de mil modos, pero los caminos ordinarios son los siete sacramentos que Él instituyó y entregó a la Iglesia. Somos alma invisible y cuerpo visible. Lo espiritual necesita de lo material; tanto para recibir, como para dar. Por ejemplo, el amor entre madre e hijo es algo espiritual, pero se expresa con la mirada, la caricia, el abrazo y el beso. Igual ocurre con la alegría o la tristeza. Así somos. 


Dios, en su infinita sabiduría y por su inmenso amor, quiso salvarnos adecuándose a nuestra humana condición. Él pudo habernos salvado de otro modo; pero se adecuó a nosotros. Por esto se hizo Hombre; para expresarnos su Amor de un modo humano; se hizo visible y palpable (1 Jn 1,1-3). Por esto mismo instituyó los sacramentos.

Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la Gracia, instituidos por Jesucristo para santificar nuestras almas.

En el bautismo por obra del Espíritu Santo nacimos a una vida nueva; la vida de hijo de Dios. En la confirmación recibimos el Espíritu Santo para que reafirmemos la consagración bautismal, Cristo vive en nosotros y nuestra vida sea signo de su presencia salvadora en medio del mundo.

Al recibir la confirmación el Espíritu santo nos fortalece con sus siete dones:


El Señor esta cerca de cada uno en su nacimiento para hacerlo hijo suyo y miembro vivo de la iglesia con el sacramento del Bautismo. Para hacernos sus testigos, capaces de vivir como Él, nos da el sacramento de la Confirmación: Nosotros debemos nutrir nuestro espíritu: a través de la Eucaristía el Señor nos da el pan de sus palabra y el pan de vida.

Con el sacramento de la Reconciliación, Jesús nos perdona y nos da la fortaleza de alejarnos del pecado y de hacer el bien. En la elección de nuestra vocación, Jesús nos asiste con los sacramentos del Orden sacerdotal y del Matrimonio.

En la enfermedad y en el sufrimiento, a través de Unción de los enfermos, Jesús nos da el consuelo de su presencia.


Por último recordar que cada uno de nosotros tenemos una misión de colaboración  con Dios, por lo que es importante siempre servir a Dios, no importa donde estemos, siempre tenerlo como timón de nuestras vidas, asistir todos los domingos a misa, confesarse de manera continua, vivir en unión con nuestra familia, ser ejemplo del maravilloso amor de Dios, llevar nuestra vida en paz y practicando los valores como el amor, la verdad, el servicio y la oblación.

Si nosotros tenemos una vida digna seremos testigos del amor de Dios en esta tierra, siendo trabajadores de su reino.

Para terminar nuestras actividades les pido por favor resolver lo que se indica en los temas 45 a 48, recuerden que estaremos en contacto para repasar oraciones y los paso para una buena confesión.



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