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Bienaventuranzas y multiplicación de los panes

 Dios es Amor:

Nos ponemos en presencia del señor, entregándole nuestras preocupaciones, nuestros sueños y nuestros anhelos; él sabe como obrar en nuestras vidas, confiemos plenamente en su voluntad y pidamos la protección de Jesús con la oración que nos enseño, "PADRE NUESTRO"

Agradezco su compromiso para trabajar de este modo, esperamos en Dios tener prontas noticias acerca de las Primeras Comuniones, por lo que es importante tener las actividades al corriente.

En esta ocasión recordaremos el milagro que realizo Jesús a través de a multiplicación de los panes.


Jesús a través de este milagro, quiere preparar a sus discípulos a recibir el pan del cielo. 

Como en el tiempo de Jesús, así también hoy el pan de cada día sigue siendo el problema principal para la mayor parte de la humanidad. Y los hombres de hoy no sufren sólo hambre del cuerpo, sino también hambre del espíritu, hambre del corazón, hambre de fraternidad y de amor.

Muchas personas seguían a Jesús por todos lados y un día eran alrededor de cinco mil. Se encontraban lejos de su pueblo, estaban cansados y hambrientos. Jesús se conmovió porque no tenían nada que comer y porque los veía dispersos como ovejas sin pastor; por eso realizó el gran milagro de multiplicar los panes. 



Ante todo, les pide un acto de confianza, un gesto de entrega en sus manos: les manda sentarse en el suelo. Mientras están de pie, no dependen más que de ellos mismos: conservan al menos la posibilidad de buscar comida ellos mismos. Pueden encontrarse con un amigo, con un vendedor ambulante, pueden ir a buscar algo a otro sitio, pueden marcharse.

Pero al tomar asiento están renunciando a toda posibilidad de bastarse a sí mismos. No tendrán más remedio que entregarse a Él, confiarse a Él.

Cuando oyen esta invitación a sentarse, yo creo que no pocos dudan. Su exigencia les muerde el corazón, luchan en su interior con la inquietud, con el miedo, con el orgullo. Les pide precisamente lo que menos ganas tienen de darle. Porque se sienten intranquilos, agitados por el hambre. Y Él les pide que se tranquilicen, que se entreguen a Él, que tengan confianza en Él. ¿Van a fiarse de Él? ¿Van a creer que es capaz de alimentarlos? ¿Van a darle, por lo menos, la oportunidad para mostrarlo?


Con este milagro Jesús quiso mostrar su generosidad y su poder sin límite.Pero , a la vez, haciendo esto, pensaba en un pan mucho más importante; por eso dijo a sus discípulos:

"Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre" (Jn. 6, 51).


EL MENSAJE DE JESÚS EN LAS BIENAVENTURANZAS

En las bienaventuranzas, escuchas al Maestro Jesús, que enseña, como viven los verdaderos amigos de Dios.


Lo que Jesús muestra en las bienaventuranzas es a Él mismo. Él es el bienaventurado, el santo, la plenitud de la nueva ley. El cumplimiento de la ley del nuevo reino de Dios consistirá en seguirle, en imitarle, en ser igual que Él en la medida de lo posible.

Una mirada más profunda nos lleva a ver en Jesús al pobre, que sin nada vino al mundo y sin nada se irá, siendo señor de todo lo creado. Es el manso y el pacífico, que se manifiesta, animando, reconciliando a los hombres con Dios, entre sí y en su interior. Las lágrimas ocuparán un lugar en su vida y será consolado por ángeles antes del sacrificio redentor. Es el hambriento y el sediento de la nueva justicia, que como don divino se derramará sobre la tierra. Sembrador de misericordia, alcanzará el perdón a los contritos de corazón y a las ovejas perdidas. Su limpieza de corazón llegará hasta la ausencia de todo amor propio, en un amor verdadero que se derramará sobre todos los hombres. 


La condición para entrar en este reino es una sola creer en Jesús y convertirnos. El Reino se realizará un poquito cada vez y crecerá...

El camino seguro para alcanzar el Reino es "vivir la bienaventuranzas". Cada bienaventuranza es como una flecha que indica la dirección para:
  • Poner a Dios en primer lugar en nuestra vida
  • Confiar en su promesa de llegar a la verdadera felicidad.
  • Ser más libres y disponibles con los hermanos.

Para terminar, por favor resuelvan las actividades de los temas 31 y 32 de su libro de Catequesis de Primera Comunión, al terminar repasen las bienaventuranzas, como bien saben, son parte de las oraciones por lo que es importante que las sepan para cuando les haga su examen el Padre.

¡BENDICIONES PARA TODA LA FAMILIA!

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