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MARÍA Y EL NACIMIENTO DE JESÚS

Dios es amor:


Agradezco a todos por su compromiso en hacer de sus hogares la iglesia domestica donde se da con amor la primera catequesis; iniciamos nuestras actividades de esta semana pidiendo la intercesión de nuestra madre la Virgen María quien es madre de Jesús, por medio de la oración "LA SALVE".


En nuestro camino a la fe hablaremos de María una joven que habitaba en Nazaret, estaba llena de gracia y amaba al Señor sobre todas las cosas.
Dios la eligió entre todas las mujeres de la tierra. Le preguntó si aceptaba ser la Madre del Salvador, a lo cual María respondió con generosidad Amén, Sí, porque confiaba en Él.
Entonces, María es Madre de Dios, no porque lo haya engendrado en la eternidad sino porque lo engendró hace 2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre pero la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor. Dios es el único que pudo escoger a su madre, escogió a la Santísima Virgen María quién es y será siempre la Madre de Dios.


Ella también es nuestra madre quien, con mucho cariño, quiso aparecerse y hablar a Juan Diego en la cumbre del Tepeyac.



Por otra parte Jesús, el hijo de Dios vino al mundo, para hablarnos del amor de su Padre, hacia cada uno de nosotros.
Para llegar al mundo eligió una madre, la virgen María, que al anuncio del ángel, respondió: "Yo soy la servidora del Señor; hágase en mí lo que has dicho"



Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.


Esta decisión de Dios de escoger la pobreza pone en jaque la manera de pensar y especialmente de vivir de muchos hombres hoy en día. Es de suponer que Dios, sabiduría infinita, siempre escoge lo mejor. Al escoger la pobreza margina la riqueza. Más tarde Cristo iba a explicar esta opción cuando puso como primera bienaventuranza la pobreza de espíritu: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5,3). La pobreza que exigió Cristo a sus seguidores no se refería a una condición socio-económica, sino a una actitud religiosa.



En Jesús se manifiesta el proyecto de salvación y se realiza en plenitud para toda la humanidad.
Cada año, en Navidad, resuena también para nosotros el anuncio dado a los pastores:

"Vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor".

Para terminar resuelve con ayuda de tus familiares las actividades de los temas 22  y 23 de tu libro de catequesis de primera comunión que se entregarán a más tardar el 2 de agosto, al finalizar agradecemos todo lo aprendido con la oración que Jesús nos enseño "padre Nuestro".

¡BENDICIONES PARA TODA LA FAMILIA!

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